La buena enseñanza implica la creación de un ambiente propicio para el aprendizaje, ya que es una actividad tan compleja que debe reinventarse en cada nuevo tema y en cada nueva clase.
Es una actividad, un hacer, una práctica que incluye no sólo aprender algo sino que lo que se está aprendiendo va a la par con cuestiones éticas y personales. Como así también exige compromiso en los educadores en revelar la manera de pensar, de ser políticamente, como también una coherencia entre lo que aparento ser y lo que realmente estoy siendo.
Se hace necesario que el educador conosca y seleccione distintos recursos de aprendizaje congruente con la complejidad de los contenidos y estrategias de enseñanza y actividades.
Enseñar exige que comprendamos como educadores que la educación es una forma de intervención en el mundo.
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